¿Qué ocurrirá, en estas condiciones, cuando entremos en nuevas fases de la crisis, todavía por venir? ¿Cuando las políticas nacionales cada vez más securitarias se vacíen de su contenido (o de su excusa) "social"? Habrá movimientos de protesta, sin duda, pero aislados, desviados eventualmente hacia la violencia o recuperados por la xenofobia y el racismo ya galopantes, produciendo a fin de cuentas más impotencia y más desesperación. Y sin embargo la derecha capitalista, si no permanece inactiva, está dividida potencialmente en estrategias contradictorias: lo hemos visto a propósito de los déficits públicos y de los planes de reactivación, lo veremos todavía más cuando la existenica de las instituciones europeas se ponga en juego (como lo prefigura tal vez la evolución británica). Habrá entonces una ocasión que no dejar escapar, una brecha que abrir. Bosquejar y debatir sobre lo que podría ser, sobre lo que debería ser una política anticrisis a escala de Europa, definida democráticamente, caminando sobre sus dos piernas (el gobierno económico y la política social), capaz de eliminar la corrupción y de reducir las desigualdades que la mantienen, de reestructurar las deudas y de promover los objetivos comunes que justifiquen las transferencias entre naciones solidarias unas con otras, tal es en todo caso la función de los intelectuales progresistas europeos, ya quieran ser revolucionarios o reformistas. Y nada puede excusarles si no la cumplen.
Étienne Balibar
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