La Salada de Mediana, a unos 25 km. de Zaragoza, es una pequeña laguna salobre que ocupa el fondo de una cubeta endorreica excavada en los yesos de una de las terrazas pleistocénicas del Ebro. La alimentan escorrentías y los flujos acuáticos subterráneos. Escasas veces mantiene lámina de agua visible, por la tremenda evaporación, las escasas precipitaciones, la fuerte insolación y demenciales vientos desecantes y enloquecedores.
Una capa de sales y de cristales blanquecinos salinos cubren la superficie de forma espectacular, a modo de tapete microbiano, como en el que hace 3500 millones de años se concentraba la vida de este planeta.
Fue lugar de yacimientos mineros de sales (sulfato de sosa), y de embotellamiento del agua subterránea (agua sulfatado sódico-magnésica), para usos medicinales, y hoy es un paisaje natural en apariencia lunar que encierra maravillas, belleza, sosiego, tranquilidad. Verla, para sentirla.
Una capa de sales y de cristales blanquecinos salinos cubren la superficie de forma espectacular, a modo de tapete microbiano, como en el que hace 3500 millones de años se concentraba la vida de este planeta.
Fue lugar de yacimientos mineros de sales (sulfato de sosa), y de embotellamiento del agua subterránea (agua sulfatado sódico-magnésica), para usos medicinales, y hoy es un paisaje natural en apariencia lunar que encierra maravillas, belleza, sosiego, tranquilidad. Verla, para sentirla.
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