de este vagón de tren de cercanías,
mediante un primer martillo rompecristales
podremos así acceder
a otro martillo rompecristales distinto,
con que romperemos sucesivos cristales
que encierran otros restantes
martillos rompecristales
de otros más vagones
de este concreto tren de cercanías,
lo que nos permitirá, a su vez,
romper nuevos cristales y
acceder así a liberar muchos más
martillos rompecristales
de otros trenes de cercanías,
de otros recorridos de cercanías,
de otros servicios de cercanías,
de otras líneas de cercanías,
en un proceso que no conocerá
más límites naturales, u obstáculos,
que los de la presente galaxia
en la que estamos instalados
como si de un martillo rompecristales
se tratara, a la simple espera
de una rotura de vidrio que lo libere,
que tendrá que ser, necesariamente,
como ha quedado bien explicado,
desde fuera.
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