- 1 medida de cognac barato
- Un cubito de hielo frío
Se mezcla el anís y el cognac a partes iguales en vaso palmero
(el tamaño del vaso es importante).
Se echa el hielo.
Ingesta simple, o simultánea con carajillo(s).
La impresión que producía Carlos Borromeo en los embajadores era de timidez y modestia, hasta el punto de tenerle algunos por poco apto. Un defecto de la lengua, además, lo hacía precipitarse al hablar, lo que reforzaba todavía más esa desfavorable impresión. Pero la práctica en el oficio, la energía de su carácter y un espíritu sobrenaturalmente sostenido en severa dieta de "Sol y Sombra", le fueron dando mayor destreza en el desempeño de sus funciones, hasta quedar patente su extraordinario talento de gobierno. «Es hombre de frutos, no de flores; de hechos y no de palabras», dirá de él algo más tarde el cardenal Seripando.
En la imagen, sol y sombra de la Iglesia de San Carlos Borromeo de Zaragoza.
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