Ex Ebro

El Galacho de Juslibol es el fruto de una a-venida cierta, científica.
Hace casi medio siglo, siendo Franco caudillo por la gracia de dios,
un 2 de enero de 1961, aniversario de la conquista cristiana de Granada,
el Ebro conoció su mayor inundación durante el siglo XX.
Desbordado de su cauce habitual, se salió de madre,
se buscó la vida por otros lugares por los que dar al mar.
Y su curso tradicional, a los pies del castillo de Miranda,
bajo el escarpe de yesos, esa antesala del militarizado territorio,
se quedó marginado, desconectado, dejao de lado.
Posteriormente, con el inicio del desarrollismo urbanístico,
que en Zaragoza medio siglo después sigue y sigue,
los humanos hicieron de la zona una pequeña Finlandia,
pues al excavar grandes cavidades para extraer gravas y arena,
éstas se llenaron de agua y convirtieron en pequeñas lagunas y charcas.
Hoy este espacio forma una zona singular, única,
a apenas 5 km. del original cruce del cardo y decumano caesaraugustano.
En él confluyen varios ecosistemas, y la biodiversidad resulta sorprendente, incluyendo animales domésticos asilvestrados.

Una auténtica maravilla.