es un puente con que el tráfico ferroviario
(AVES y convencionales, que aún los hay)
salva, por elevación, accidentes geográficos varios,
ya naturales (desniveles, cauces fluviales, seres vivos),
ya artificiales (carreteras, autovías, lavadoras).
Ocasionalmente, por él parecen transitar
aerodinos propulsados a motor,
que deben su sustentación en vuelo, principalmente,
a reacciones aerodinámicas ejercidas sobre superficies
que permanecen fijas en determinadas condiciones de vuelo.
Estos aerodinos son también aves,
en un latín aumentativo afrancesado y atildado,
si bien su grupo taxonómico no tiene nada que ver
con el que se originó, por natural evolución,
de amables dinosaurios carnínoros bípedos del Jurásico.
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