El camino desde las tierras de los cántabros,duro, siempre con el Iberus al lado.
El invierno, recién estrenado,
era de un rigor inaudito.
Aquellos primeros días,
en la refundada colonia inmune,
fueron febriles para nosotros, los colonos.
Mucho era lo heredado de la Salduie,
esa pequeña y compacta ciudad ibera,
puente, puerto, termas...
Pero el ceremonial urbano romano,
ah, eso era otra cosa.
Porque nuestra colonia ha de ser
más grande, más alta, más mejor.
Porque Roma es Roma.
Tenemos agua de varios ríos,
no es necesario acueducto, menos mal.
Buenas tierras, ubérrimas.
Sólo trabajo, y más trabajo.
Fundada, refundada,
esta colonia es ya nuestro hogar.
Nuestro futuro.
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