miércoles, 30 de junio de 2010

Devolver al remitente

El concepto "G-20" se concibió en una reunión en 1999 entre el Ministro de Finanzas canadiense, Paul Martin, y su contraparte estadunidense, Lawrence Summers (este último jugaba un papel central en crear las condiciones para esta crisis financiera, al permitir una ola de consolidaciones de bancos y rehusarse a regular los derivados).
Los dos hombres querían expandir el G-7, pero sólo a países que consideraran estratégicos y seguros. Necesitaban hacer una lista, pero no tenían papel a mano. Así que los dos hombres tomaron un sobre, lo pusieron en la mesa, y comenzaron a trazar el marco de un nuevo orden mundial. Así nació el G-20.
La anécdota es un buen recordatorio de que la historia se moldea con decisiones humanas, no las leyes de la naturaleza. Summers y Martin cambiaron el mundo con decisiones que garabatearon en el anverso de ese sobre. Pero nada indica que los ciudadanos de los países del G-20 tengan que recibir órdenes de este selecto club.
En Italia, Alemania, Francia, España y Grecia, trabajadores, jubilados y estudiantes ya salieron a las calles contra las medidas de austeridad, y muchas veces marchan bajo el lema de no pagaremos por su crisis. Tienen muchas sugerencias acerca de cómo obtener ingresos para enfrentar sus respectivos déficit presupuestales.
Muchos demandan un impuesto a las transacciones financieras que reduciría la velocidad de transferencia del dinero especulativo y se obtendría dinero nuevo para programas sociales y el cambio climático. Otros exigen imponer a los contaminadores elevados impuestos que financien el costo de enfrentar los efectos del cambio climático y alejarnos de los combustibles fósiles. Y ponerle fin a guerras que se están perdiendo siempre es un buena manera de reducir costos.
El G-20 es una institución ad hoc, sin la legitimidad de la de la ONU. Ya que acaba de intentar enjaretarnos una enorme cuenta por una crisis que la mayoría de nosotros no intervino en crear, propongo que nos guiemos por Martin y Summers. Denle la vuelta y escriban del otro lado del sobre: Devolver al remitente.

Naomi Klein

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=108792

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