viernes, 27 de noviembre de 2009

Fisgones


¿Qué sería de nosotros sin ellos?
¿Quién, si no, velará por el escrupuloso bien hacer de las cosas hechas con dineros públicos?
¿Quiénes querrán el desempeño desinteresado de tan descomunal y perenne tarea?
Altruistas de una sociedad que les mira con recelo.
Nóbeles de la preocupación permanente por los demás.
Vigilantes impagables, y públicos, de esas calles nuestras.
Campeones del civismo comprometido.
Fisgones, al fin y al cabo,
que en lugar del ojo de la cerradura,
profesan el voyeurismo del tajo y la zanja.

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