Y a falta de una mejor y más digna cariátide asiática, un itálico telamón compusimos, nocturnidad alevosa de por medio, siquiera un instante para soportar lo insoportable, para aliviar otro nuevo derrumbe, otra catástrofe doméstica, de esas que las exposiciones habidas, y por haber, ni barruntan, ni sienten, ni remedian, porque para eso no las planean.
Y nos encaminan, porque cuantos más seamos, más reiremos, hacia una capitalidad cultural de vaya usted a saber qué quiere decir eso.
Habrá que telamonear un buen rato, sin duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario