Interpretando aéreas coreografías, reiterando monótonas sinfonías. Son cien, son mil, son diez mil entre puntitos grises y siluetas definidas. De paso, siempre de paso, siguiendo su hoja de ruta estelar, magnética, genética, desde el Norte hasta el Sahara. Repostaje, y carretera y manta, del más que frio ya, al recalor. Y una vez, y vuelta, y otra, y vuelta, y otra...
¿Qué pasaporte tendrían, de ser humanas: comunitario, polaco, alemán, francés, español, marroquí, saharaui? Esa suerte que tienen, de ser lo que son.
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