martes, 21 de septiembre de 2010

Rutas, derrotas

Peculiar derrota ésta que,
con amabilidad, nos empuja
fuera del camino señalado.
Nuestra ruta marcaba, fijo,
estos derroteros, ¡seguro!,
o tal vez lo soñé, ya no sé.
El sendero estaba oscuro,
la noche llena de estrellas,
y el recorrido, bien incierto.
Había señales confusas,
indicadores subjetivos,
mapas pero bien desnortados.
Juraría que era por aquí,
por estas determinaciones,
justo por entre estos restos
de lo que perdimos hace un tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sigue el camino de trinidad.