Los niños del pantano ya no amontonan más carbón.
"Somos humanos", dicen, y escriben versos al amor.
Acuchillan la noche silbando cuando alguna voz
sale de las cenizas para pedir al sol que colme el lodazal.
Del sueño eterno de los Justos venga al pantano el fuego purificador.
Con dulce incienso vendrá.
Debes hablar por mí pues de noche he de callar.
Rogad, rogad por mí las almas de los niños duermen aquí.
Negras levitas por el canal se aproximan sigilosas.
Cruzando el cerco de las sombras despertarás como las plagas del rosal.
Qué árido invierno traerán.
El pecho de Andy, Llegará Octubre (1987)
viernes, 1 de octubre de 2010
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