En 1960, la ONU adoptó la resolución 1514, que establece que todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación y que el colonialismo debía ser conducido a un final rápido e incondicional. El Sáhara Occidental fue la última colonia de África, que aún sigue luchado por su autodeterminación. El encuentro anual de la pasada semana de la ONU, recibió de nuevo decenas de peticiones para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental. En 1976 los españoles dividieron el Sáhara Occidental entre Marruecos y Mauritania a cambio de derechos de pesca y mineros. Después de 15 años de guerra entre los marroquíes y el Frente Polisario, en 1991 fue declarado un alto el fuego y se acordó celebrar un referéndum de autodeterminación, que aún no se ha realizado. Pese a la ayuda de la ONU las condiciones en las que se encuentra el pueblo saharaui en los campamentos es inhumana: hambre, enfermedades, etc. En este contexto, la Unión Europea ha firmado recientemente un acuerdo pesquero con Marruecos.
Ayer aumentó la escalada de violencia por parte de Marruecos de una forma brutal, con una víctima mortal en Nayem el Gareh, de un menor saharaui que fue abatido por el Ejército marroquí cuando el vehículo en el que circulaba se saltó un control en el campamento de Agdaym Izik a 15 kilómetros del El Aaiún. Las explicaciones del ejército marroquí son inútiles, hay un muerto más por la causa del pueblo saharahui que nunca debió ocurrir.
La necesidad de una solución política parece lejos, cuando la propia ONU no muestra voluntad de aplicar sus resoluciones. Los gobiernos, la UE y la ONU deben parar los pies a Marruecos y exigir YA un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental y mientras tanto congelar cualquier tipo de relación, comercial o política. Que sea este el último muerto. En las manos de los gobiernos y de la comunidad internacional está.
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