La votación en torno de los 33.000 millones de fondos de emergencia que solicitó la Casa Blanca para la guerra ha vuelto a poner el tema sobre el tapete.
En diciembre pasado, Obama anunció que ésta (la retirada militar de Afganistán) iba a comenzar en julio del 2011. Un día después de despedir a McChrystal (ex-comandante de las tropas invasoras yankees), cambió la música: “No dijimos que a partir de julio del 2011 dejará de haber tropas de EE.UU. o de nuestros aliados en Afganistán –señaló–. No dijimos que apagaríamos las luces y cerraríamos la puerta. Dijimos que iniciaríamos una fase de transición que permitiría al gobierno afgano hacerse cargo progresivamente de la situación” (24-6-10).
Como propuso el político francés Henri Queille, las promesas sólo comprometen a los que las escuchan.
“EE.UU. identifica vastas riquezas minerales en Afganistán”, tituló el New York Times el 13 de junio. Funcionarios del Pentágono se ufanaron de haber detectado “inmensas vetas de hierro, cobre, cobalto, oro y metales críticos para la industria como el litio”. Esta nueva es vieja; la existencia de tales recursos se conocía ya en los tiempos de Marco Polo. Curioso que la saquen ahora a luz con tanto estrépito.
Juan Gelmanhttp://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-148607-2010-07-01.html
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